Juntos pero no revueltos: variabilidad climática, cambio climático y calentamiento global

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Así como en una publicación anterior aclaramos las diferencias entre Tiempo vs. Clima, en esta ocasión nos abocaremos a otros 3 conceptos que generan confusión en muchas oportunidades. Nos referimos a Variabilidad Climática, Cambio Climático y Calentamiento Global

Se acerca la primavera y sabemos que lentamente las temperaturas comenzarán a subir. El clima frío y húmedo, dará paso a días más despejados y con más luz solar. En promedio, las temperaturas suben varios grados respecto al invierno, por lo que podemos asociar estas variaciones al concepto de variabilidad climática.

Pero este tipo de variabilidad climática es un tanto obvia. En general, nos interesa conocer aquella que es un poco más caótica, puesto que eso define los aspectos de nuestra vida diaria. Por ejemplo, si pasamos de un invierno seco a una primavera lluviosa, estamos hablando de variabilidad climática entre diferentes trimestres (o estacional) pero que, además, es diferente a lo esperado a nivel climático.

Ahora bien, el origen de la variabilidad climática está ligada a forzantes internos o naturales del sistema climático, o también a forzantes externos, tanto naturales como antropogénicos. 

Imagina que tienes un termómetro que mide la temperatura de una ciudad desde hace 200 años. Este, está ubicado en el mismo punto, con las mismas condiciones y buenos niveles de mantención, pero comienza a mostrar un incremento de la temperatura pasado el año 100. Aunque el incremento es de tan solo 2 grados -como estamos tomando datos promedio-, significa que los cambios observados a nivel diario son importantes. Para sorpresa nuestra, a partir del año 150, hay un abrupto “bajón” en los registros de temperatura del aire para luego comenzar a subir a fines del periodo. Por supuesto, podemos concluir que nuestras mediciones, representativas de dicha ciudad, muestran que hay mucha variabilidad climática. 

Siguiendo con el ejemplo anterior, durante los primeros 100 años de mediciones, el clima fue más o menos “estable”, con temperaturas que en promedio se mantuvieron en valores similares, casi sin cambios. Pasado el año 100, los cambios observados también son parte de la variabilidad climática, pero ahora ya podemos hablar de un cambio en el clima: un cambio climático local.

El origen de ese cambio climático puede ser variado. Por ejemplo, el crecimiento de la ciudad alrededor de la estación meteorológica y el cambio de uso de suelo, podrían ser un factor que genera que la temperatura se incremente. ¿Qué pasa con el descenso de la temperatura alrededor del año 150?. Para conocer lo que está pasando, se deben hacer análisis y estudios que van más allá de la medición puntual. Si otras estaciones de un área más grande o una región registran, también, incrementos de la temperatura que van de la mano con la observada en nuestro punto inicial, podemos comenzar a sospechar de que algo muy grande está sucediendo: un cambio climático global.

En la parte superior se observa el Glaciar Ródano en 1856 y abajo una representación de una postal permanente en Europa durante la “Pequeña Edad de Hielo”.

Este ejemplo teórico muy simple es lo que ha permitido conocer y entender cambios climáticos del pasado. Por ejemplo, entre el siglo XIV y fines del siglo XIX, el mundo, y principalmente Europa, sufrió lo que se conoce como la Pequeña Edad de Hielo (“Little Ice Age”). Las temperaturas descendieron abruptamente en todo el mundo y los testigos de hielo, nuestra forma de conocer los fenómenos que ocurrieron en el pasado previo a los registros meteorológicos, demuestran que en prácticamente todo el mundo las temperaturas cayeron de manera violenta. Al mismo tiempo, hubo otros efectos de este cambio climático, como lo son el crecimiento y movimiento de los glaciares en las montañas de todo el mundo, desplazando al mismo tiempo pueblos y ciudades, así como también propiciando fenómenos migratorios.

¿Qué causó esta Pequeña Edad de Hielo?. Fue probablemente una combinación de distintos factores, tales como largos periodos de baja actividad de manchas solares (reduciendo la cantidad de energía solar que llegaba a la Tierra), los efectos de erupciones volcánicas explosivas (los volcanes emiten partículas de cenizas, polvo y dióxido de azufre, las que tienen la capacidad de producir un enfriamiento del planeta) y cambios en la circulación atmosférica.

A partir desde principios del siglo XX, científicos han venido observando un cambio en el clima que no puede atribuirse únicamente a alguna de las influencias “naturales” del pasado. Este cambio en el clima que sufrimos actualmente ha sido denominado como cambio climático global antropogénico, siendo el calentamiento global, uno de sus mayores y más visibles consecuencias. Además, este calentamiento global ha ocurrido más rápido que cualquier otro cambio climático del que se tenga conocimiento.

Este calentamiento global es provocado por la emisión de los gases de efecto invernadero, que tienen un origen antropogénico. El proceso funciona de la siguiente forma: la actividad humana genera incrementos de varios gases invernaderos, siendo el CO2 el más importante. Estos gases absorben calor y calientan la atmósfera, lo que comienza a elevar la temperatura de manera generalizada en todo el planeta. El incremento en la temperatura puede tener diferentes impactos, por ejemplo, se esperan más lluvias en las regiones tropicales debido a un aumento en la evaporación, también se espera un aumento de eventos extremos cálidos como olas de calor o el aumento del nivel del mar. De esta forma, se puede observar que no solo se ven afectadas las temperaturas, sino que este proceso de calentamiento del planeta también afecta a otras variables meteorológicas, teniendo repercusiones sobre todo el sistema climático. Y para complicar más las cosas, el calentamiento global puede inducir cambios en clima, ya sea local, regional o global… ¡todo está entrelazado!

En nuestro ejemplo teórico, vimos los conceptos de variabilidad climática, el calentamiento global, así como también el enfriamiento global en ciertos casos; ambos procesos enmarcados dentro de uno o varios cambios climáticos; tal como se puede ver en la figura anterior.

Volviendo a la realidad, nuestro planeta está sufriendo un calentamiento global a tasas nunca antes vistas en la historia, lo que está asociado mayormente a los efectos del ser humano en la atmósfera. Sin embargo, siguen conviviendo procesos de variabilidad climática natural, los cuales no son siempre tan simples de separar de los efectos del cambio climático.

Escrito por: Manuel Olivares. Editor: Ricardo Vásquez/ José Vicencio. Periodista: Paz Galindo.

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