¿Y dónde está la lluvia?
Para nadie es sorpresa que llueva en el sur del país durante el verano. Los habitantes de las ciudades de Temuco o Puerto Montt soportan muy bien entre 90 y 270 mm de lluvia entre diciembre y febrero. Sin embargo, el verano 2018 ha sido diferente.
Considerando el trimestre diciembre-enero-febrero, las lluvias estuvieron bajo el promedio en gran parte del sur del país. Tal como se ve en la imagen, no hay ciudad que se escape de esta situación: en Temuco, la lluvia registrada fue de 43 mm menos de lo normal y el verano se puede catalogar como moderadamente seco. Misma situación en Osorno y Puerto Montt, en donde la falta de precipitación se traduce en 50 y 81 mm de déficit. En Patagonia, Punta Arenas tuvo casi 30 mm menos, también en un verano moderadamente seco. En la Región de Aysén, la categoría extremadamente seca se presenta en Balmaceda, si lo normal es que lluevan entre 56 y 83 mm, este año la cifra es bajísima con solo 37 mm.
Dentro de la variabilidad natural de las lluvias, es relativamente usual la aparición de periodos más secos de lo normal, alternado por años más lluviosos. Sin embargo, las condiciones climáticas actuales son especiales. El fenómeno de La Niña, que se estableció a mediados de la primavera pasada y que ha estado presente este verano, generalmente produce un aumento de las precipitaciones durante la temporada estival entre la Región de Biobío y la Región de Los Lagos.
Un ejemplo de esto es que en los últimos 68 veranos, 24 han estado bajo la influencia de La Niña. Para todas las ciudades entre Concepción y Balmaceda, la mayoría de estos veranos habían sido lluviosos o al menos normales en cuanto a precipitación. En Concepción sólo un 17% de los veranos habían sido secos bajo los efectos de La Niña. La probabilidad de encontrar veranos secos disminuye en Osorno, en donde solo un 13% lo fue (sólo 3 de los 24 posibles).
Lo más llamativo es que los veranos secos que tenían condiciones de La Niña comienzan a aparecer mayormente en el último tiempo: la primera vez que el Sur registró un verano seco en gran parte de sus ciudades fue en 1995. Luego ocurrió en 1998, también el 2007 y el 2008. 10 años después, el 2018 se suma a este pequeño pero creciente número de veranos influenciados por La Niña que de igual forma registra muy pocas precipitaciones.
Lo más complicado de todo es que la tendencia a la baja en las precipitaciones ya está establecida en la zona sur. La capital de la Región de Los Lagos está perdiendo cerca de 34 mm por década (cantidad de agua que ha dejado de caer), mientras que en Osorno hay una pérdida de casi 10 mm cada diez años. Dentro de todo el conjunto de ciudades en donde tenemos mediciones constantes en los últimos 30 años hay una que se lleva el premiado: Punta Arenas, que está perdiendo 28 mm por década, y que en términos relativos a su climatología, es la ciudad que más rápido se está secando de toda la zona sur y Patagonia.
¿Qué está causando todo esto? Aún no tenemos una respuesta clara, pero la evidencia parece indicar que la Oscilación Antártica está cambiando hacia fases desfavorables para las precipitaciones, generando que los sistemas frontales se desplacen más al sur de lo usual durante esta época y llevándose consigo las vitales lluvias más cerca de la costa de la Antártica. Sólo una cosa es segura, el diagnóstico no es bueno para las lluvias de verano en el Sur.
Nota: Los datos de precipitación acumulada corresponden entre el 1 de diciembre de 2017 y el 26 de febrero de 2018. Las tendencias mencionadas corresponden al periodo de verano entre 1989-2018.
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[…] el artículo “¿Y dónde está la lluvia?” publicado a principios de marzo en nuestro blog, mencionamos superficialmente que la Oscilación […]