El eclipse que enfrió a Chile (pero solo por unas pocas horas)
El eclipse total de Sol del 14 de diciembre de 2020 quedará en los registros como uno de los más espectaculares (y lluviosos) de los últimos años. La zona de total oscuridad (umbra) se encontraba en medio del paso de un sistema frontal asociado a un río atmosférico, trayendo consigo abundantes nubes, chubascos y lluvias en diferentes zonas de La Araucanía.
Tal como se ve en el mapa, la zona en donde la luna cubrió completamente el sol fue en un área de la región de La Araucanía y parte norte de La Región de Los Ríos. Tanto hacia el norte como hacia el sur, el porcentaje de Sol eclipsado por la luna va disminuyendo, alcanzando poco más de 80% en Santiago y 60% en Atacama. Sin embargo, estos porcentajes fueron suficientes para provocar cambios en la temperatura del aire en diferentes estaciones del país.
Por ejemplo, en el norte, Freirina registró una abrupta caída en la temperatura poco antes de registrarse el máximo de oscuridad generado por el eclipse. Esta caída en la temperatura implicó un enfriamiento de hasta 3ºC. En Illapel, la caída alcanzó hasta 4ºC, pasando de 25ºC a las 11 de la mañana, hasta cerca de 21ºC a la 13:00 hrs.
Los cielos despejados en Santiago también permitieron ver el eclipse solar, y a la vez, que la temperatura sufriera una caída de casi 3ºC, para luego retomar el incremento clásico de temperatura de una tarde de verano.
Increíblemente, en la zona del eclipse total, la ciudad de Temuco prácticamente no registró variaciones de temperatura, ¿por qué? A pesar de que la oscuridad total (umbra) duró cerca de 1 minuto en la ciudad, la región se encontraba bajo los efectos de un sistema frontal, con abundantes nubes, lo que impidió que la pérdida radiativa de la superficie producto del eclipse afectara la temperatura del aire.
El suelo está constantemente siendo calentado por el Sol, lo que a su vez calienta el aire cerca de la superficie y produce el clásico incremento de la temperatura en el día. En las zonas con cielos despejados, la ausencia parcial de la radiación solar produce inmediatamente un enfriamiento de la superficie terrestre, lo que a su vez conlleva a que el aire cercano al suelo también se enfríe. Sin embargo, en una zona afectada por nubosidad, como fue el caso de Temuco, dicha pérdida de radiación desde el Sol es compensada por la radiación que emite la propia nube. ¿Te has fijado como una noche nublada de invierno puede ser más cálida que una noche despejada? La nubosidad emite su propia radiación infrarroja, que es capaz de calentar el aire cercano a la superficie.
Durante el eclipse, la nubosidad “protegió” a gran parte de la zona sur del país de abruptos cambios de temperatura. Por supuesto, las nubes también complicaron la visión del eclipse, pero el efecto de oscuridad total por unos minutos quedará en el recuerdo de todos los afortunados que vivieron el fenómeno en la zona.
Desde el espacio, el satélite GOES-16 capturó de forma perfecta el paso de la sombra de la luna sobre la superficie terrestre. Notar como la sombra se extiende hacia el norte y sur desde la zona de La Araucanía de manera importante, lo que explica porque se sintió este abrupto cambio de temperatura. El efecto de enfriamiento fue, por supuesto, pasajero, y las temperaturas volvieron a la normalidad una vez finalizado el eclipse.
La infografía de esta publicación fue creada por la Oficina Servicios Climáticos, con los datos minutales de las estaciones meteorológicas automáticas. Puedes encontrar todos los datos aquí: https://climatologia.meteochile.gob.cl/application/index/menuTematicoEmas. Fuente de imágenes satelitales: Oficina Aplicaciones Satelitales.
Comentarios recientes