2025: Neutro otra vez, Segunda patita consentida?

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En lo que va de este año 2025, el monitoreo de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) muestra condiciones de neutralidad, similares a las registradas el año 2024. Pero, ¿estamos frente al mismo escenario observado durante el año pasado o existen diferencias?.

Recordemos que ENSO, en esencia, es una máquina de variabilidad climática natural, el cual en su conjunto representa un sistema acoplado entre el océano y la atmósfera. Esta “máquina climática” opera desde la región del océano Pacífico Ecuatorial, y es capaz de modular variables climáticas en todo el planeta mediante mecanismos que llamamos teleconexiones. ENSO tiene 3 fases; El Niño y La Niña, asociados a un calentamiento y enfriamiento anómalo del océano Pacífico Ecuatorial, respectivamente, y la fase Neutra que ocurre cuando esta máquina no se define entre El Niño y La Niña.

2024: un invierno con neutralidad que se extendió más allá de la primavera

Sabemos que, tras la retirada de El Niño ocurrido en el verano 2023-2024, la fase neutra se mantuvo sorpresivamente hasta finales de la primavera de ese año, pese a que se pronosticaba la llegada temprana de La Niña durante el invierno. En este contexto, nuestra cápsula La Niña Consentida, algunas emisiones del Boletín de Tendencias Climáticas de la DMC (por ejemplo, marzo; abril) y notas científicas publicadas por académicos en ciencias del clima (como Análisis CR2: La Niña que viene; Prensa UChile) documentaron estas condiciones neutras y profundizaron en lo que puede esperarse bajo este escenario. En la incertidumbre que otorga la neutralidad, la evidencia observacional nos enseña que, aunque en promedio la precipitación acumulada suele ubicarse dentro del rango normal, la dispersión respecto a ese promedio aumenta. Esto significa que no se descarta la posibilidad de años excepcionalmente lluviosos o marcadamente secos (figura 1).

Figura 1: Diagrama de dispersión entre el índice Oceánico de El Niño para el trimestre de invierno (junio-julio-agosto) y la precipitación anual en Santiago (Quinta Normal). Cada círculo corresponde a un año entre 1950 y 2023. Los círculos con un punto corresponden al periodo 2010-2023. El año 2024 se marca con una estrella. Estilo del diagrama inspirado en la versión de R. Garreaud.

Entonces, ¿debemos esperar una condición climática igual al 2024?

Si tuviéramos que emitir una respuesta corta a esta pregunta, diríamos que lo más probable es que sí, ambos años podrían quedar dentro del rango normal dado que en promedio es lo que hemos observado históricamente en nuestros registros observacionales durante fases neutras.

No obstante, en esta cápsula queremos destacar que ambos años iniciaron en condiciones previas diferentes. Por ejemplo, en la figura 2.b vemos que el 2024 partió con un verano tipo El Niño, mientras que el presente año partió con una condición tipo La Niña débil. Un simple promedio de la precipitación acumulada entre enero y julio en Santiago, que diferencia estas condiciones iniciales nos cuenta que años con inviernos neutros pero que inician con veranos tipo El Niño típicamente exhiben un acumulado de precipitaciones mayor que aquellos años que comienzan con una condición tipo La Niña (figura 2.a). Sin embargo, ambos conjuntos de inviernos neutros no son completamente independientes, ya que pueden haber otras señales climáticas que también pueden ser relevantes. 

Figura 2: a) Evolución anual del índice Oceánico de El Niño desde 1950 hasta el 2025. En Rojo (azul) se marca la evolución del año 2024 (lo observado hasta este año). b) Compuesto de precipitación acumulada en Santiago desde enero hasta julio para el periodo 1950-2024. En rojo (azul) se muestra los años en que se tuvo un invierno neutro pero que comenzaron a partir de una condición tipo El Niño (La Niña). Los números sobre cada caja indica el promedio para cada grupo.

Por otro lado, si bien climatológicamente es más frecuente observar condiciones neutras entre finales del verano y comienzos del invierno, queremos enfatizar que ENSO no es para nada regular, ni temporal ni espacialmente hablando (mas info en: El Niño y La Niña: una perfecta asimetría). Esto significa que nada garantiza que en el verano 2025–2026 volvamos a tener un evento de El Niño, si el verano anterior se observan condiciones tipo La Niña. Dicho esto, también resultaría interesante comparar el balance de precipitación anual según la fase en que finaliza esta compleja maquinaria climática.

Figura 3: Compuestos de anomalías de precipitación acumulada entre enero y julio. En a) se muestra el promedio de todos los inviernos (junio, julio y agosto) con ENSO neutro y verano anterior (diciembre, enero y febrero) bajo condiciones tipo La Niña. Fuente de datos: [CR2Met]. En b) se muestra la anomalía 2025 para la red de estaciones meteorológicas DMC.

Finalmente, entendiendo que el comportamiento de la precipitación en Santiago poco explica lo que ocurre a nivel nacional con la precipitación, quisimos explorar cómo es esta relación en el resto del territorio mediante la figura 3. En ella se destaca que cuando tenemos inviernos neutros, precedidos de un verano tipo La Niña o dicho de otra forma, veranos con un océano tropical con condiciones frías (figura 3.izq.), típicamente observamos un superávit de precipitaciones según lo acumulado hasta el mes de julio en la zona altiplánica y un marcado déficit en el norte chico, el cual se extiende hasta la Región del Maule. Mientras que en el sur y la patagonia del país, la anomalía muestra valores en torno a cero. Aun cuando ENSO no explica por sí solo el comportamiento de precipitación, vemos que la señal descrita es consistente con las observaciones disponibles a la fecha (figura 3.der.).       

Aunque este invierno el ENSO esté en una fase Neutra, ¿puede la “memoria” de un verano El Niño o La Niña seguir influyendo en la precipitación anual en Chile? Esta es una de las preguntas que estaremos abordando más adelante. Por ello, te invitamos a seguir pendiente de nuestras futuras publicaciones.  

 

 

 

 

 

Escrito por: Álvaro Constanzo Gatica. Editor: Manuel Olivares Vasconcelo. Periodista: Paz Galindo Navarro.

 

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