Lo que sabemos (y lo que no) sobre el cambio climático en Chile

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Este año Chile será sede de la cumbre anual de cambio climático (COP-25) organizada por la Organización de las Naciones Unidas, donde los países miembros buscarán acuerdos para implementar el acuerdo de París y poder así, controlar el aumento de la temperatura global bajo los 2°C. En Chile, algunos de los efectos del cambio climático ya se están evidenciando, y una serie de estudios nos muestran qué podemos esperar en las siguientes décadas, sin embargo, aún no conocemos todas las respuestas de su impacto. Veamos lo que sabemos y lo que no sabemos de este famoso cambio climático.

Lo que sabemos

El efecto más conocido del cambio climático, es el aumento de la temperatura (calentamiento global) debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, no todo el planeta se calienta al mismo ritmo. Las zonas polares del hemisferio norte -por ejemplo- se calientan mucho más rápido que el resto del planeta debido a la pérdida de hielo. Un cambio interesante se observa en los continentes, donde su temperatura también aumentan más rápido en comparación con los océanos, por lo que estas diferencias alteran la circulación atmosférica planetaria1.

Uno de los cambios importantes para Chile producto del cambio climático en la circulación, es la expansión de la Celda de Hadley (ver post circulación general), que implica un desplazamiento hacia el sur del Anticiclón Subtropical del Pacífico Sur, generando que a las tormentas les sea cada vez más difícil alcanzar la zona central del país.

Estos cambios llevarán que las zonas subtropicales del planeta -como la del centro de Chile- sean cada vez más secas producto del cambio climático, aumentando la probabilidad de la ocurrencia de sequías. Algo de eso hemos observado en las estaciones meteorológicas de la zona centro-sur, donde las tendencias muestran una clara disminución de las precipitaciones desde comienzo del siglo2,3.

Situación que se ha visto intensificada durante los últimos 10 años, donde ha habido un déficit promedio del 20%-30% en los valores de precipitación, conocida como “Megasequía”, en donde el cambio climático antropogénico explica un 25% de su presencia y características4.

Se espera que la precipitación continúe disminuyendo en el futuro y estas largas sequías (mayor a 5 años) podrían volverse más frecuentes, aumentando el estrés hidrológico principalmente sobre la zona central5.

Representación Esquemática de la Expansión de la Celda de Hadley en un futuro con más Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Respecto a la temperatura, como dijimos al comienzo, no todo el planeta se calienta al mismo ritmo, y Chile no es la excepción. Si bien, en promedio existe una tendencia al alza de temperatura, al examinar más detalladamente los datos se pueden diferenciar algunas cosas. Por ejemplo, la costa norte presenta una gran diferencia respecto a lo que ocurre en el interior, en la primera se han observado tendencias negativas durante las últimas décadas, mientras que, para el interior y altiplano la temperatura ha estado aumentando.  Estas diferencias podrían estar asociadas a variaciones naturales en la temperatura superficial del mar (El Niño-La Niña, Oscilación Decadal del Pacífico), que se ha observado más fría frente al norte de Chile, afectando los registros de las estaciones ubicadas en la costa.

Hacia el interior de la zona norte la temperatura sigue la tendencia global hacia un clima más cálido, lo mismo sucede en la zona central y sur del país, donde las variaciones son mayormente positivas 6,7Estos cambios también se reflejan en altura, puesto que, se ha observado un aumento en la elevación de la altura de la isoterma cero y la línea de nieve, lo que impacta en el almacenamiento de nieve (agua dulce) y favorece el retroceso de glaciares en la cordillera3.

Las simulaciones climáticas indican que la temperatura continuará subiendo en mayor o menor medida dependiendo del escenario de emisiones, aunque en general, los mayores cambios se observan sobre los sectores cordilleranos 8,9Por otro lado, un reciente estudio muestra que la frecuencia de eventos extremos, como olas de calor y días extremadamente cálidos, se verá incrementada en el futuro producto del cambio climático10.

Y lo que no sabemos…

Hay varias cosas sobre el cambio climático en las cuales aún no hay certeza, por ejemplo, en la ocurrencia de algunos eventos extremos. Si bien, hemos observado que los eventos extremos de temperatura han aumentado su frecuencia, no hay certeza de cuánto ha influido el cambio climático sobre estos, dado que estas variaciones se superponen a la variabilidad natural del clima. Es necesario realizar “estudios de atribución” (acá puedes encontrar información sobre eso) para verificar si un evento particular se ha visto intensificado o aumentado en frecuencia producto del cambio climático. Algo parecido ocurre con los eventos extremos de lluvia, dada la irregularidad con la que se presentan y los factores que tienen asociados, los que también están en constante cambio (ruta de las tormentas, ríos atmosféricos, entre otros), no existe la certeza de que estén siendo modificados por el cambio climático.

En EEUU, el periodo 1950-2000 registra un incremento en el número de tornados. Sin embargo, gran parte de esa tendencia podría estar relacionada a que en la actualidad hay más facilidades de reportar estos fenómenos (ejemplo, celulares e internet, junto a redes sociales) en comparación a hace 50 años, además de que los sistemas de observación (radares) y el incremento de la población, permite identificar mucho más.

En otros fenómenos como tormentas eléctricas, trombas y tornados, tampoco existe claridad de cómo están cambiando en nuestro país, ya que no hay registros sistemáticos de largo plazo que permitan obtener una estadística robusta para comparar. Recordemos que a medida que hay más tecnología y tenemos “más ojos mirando” los fenómenos meteorológicos, estos se reportan con mayor frecuencia, lo que no implica que sean más frecuentes en la realidad.

Además, poco se sabe qué está sucediendo realmente en zonas que no tienen observaciones, como en el oeste de la Patagonia y la alta cordillera (en la figura de arriba, la zona con signos de “?“), donde la red de monitoreo es escasa y la topografía compleja, por lo que los cambios en esas zonas son difíciles de estimar, tanto por los reanálisis y modelos, así como por las observaciones remotas desde satélites. Sin duda, es necesario mejorar la red de observaciones en esas zonas, dada la importancia que tienen para los recursos hídricos, turismo y desarrollo económico del país.

En general se conocen bastantes cosas sobre el cambio climático, pero es necesario seguir investigando dado lo acelerada que están sucediendo las cosas en términos climáticos. El IPCC este año publicó un nuevo Informe Especial sobre uso de suelo, seguridad alimentaria y cambio climático (ver acá). Pronto saldrá otro sobre océanos y criósfera. No cabe duda que aún no está todo dicho respecto al cambio climático y que mucho de lo que sabemos, podría cambiar nuevamente en el futuro, por lo que quedan invitados a estar atentos a las nuevas publicaciones por parte de los especialistas.

Escrito por: Ricardo Vásquez. Editor: Manuel Olivares. Periodista: Paz Galindo.

Referencias

  1. IPCC 2013. AR5-WGI, The Physical Sience Basis. https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg1/
  2. Quintana J, Aceituno P, 2012. Changes in the rainfall regime along the extratropical west coast of South America (Chile): 30-43º S, Atmósfera 25(1), 1-22.
  3. Carrasco J, 2005. Changes of the 0°C isotherm and the equilibrium line altitude in central Chile during the last quarter of the 20th century http://dx.doi.org/10.1623/hysj.2005.50.6.933
  4. Boisier, J. P., R. Rondanelli, R. D. Garreaud, and F. Muñoz (2016), Anthropogenic and natural contributions to the Southeast Pacific precipitation decline and recent megadrought in central Chile, Geophys. Res. Lett., 43, doi:10.1002/2015GL067265.
  5. Bozkurt D, 2017. Climate change impacts on hydroclimatic regimes and extremes over Andean basins in central Chile, Hydrol. Earth Syst. Sci. Discuss., doi:10.5194/hess-2016-690
  6. Falvey, M., and R. D. Garreaud (2009), Regional cooling in a warming world: Recent temperature trends in the southeast Pacific and along the west coast of subtropical South America (1979–2006), J. Geophys. Res., 114, D04102, doi:10.1029/2008JD010519.
  7. Vuille, M., E. Franquist, R. Garreaud, W. S. Lavado Casimiro, and B. Cáceres (2015), Impact of the global warming hiatus on Andean temperature, J. Geophys. Res. Atmos., 120, doi:10.1002/2015JD023126.
  8. Simulaciones Climáticas Dirección Meteorológica Chile. Ver
  9. Rojas, 2012. CONSULTORÍA PARA LA ELABORACIÓN DE UN ESTUDIO SOBRE ESTADO DEL ARTE DE MODELOS PARA LA INVESTIGACIÓN DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
  10. Feron S, 2019. Observations and Projections of Heat Waves in South America, Nature Scientific Reports | (2019) 9:8173 | https://doi.org/10.1038/s41598-019-44614-4

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