Cazando mitos meteorológicos: “De lo que te digan no creas nada, y de lo que veas sólo la mitad”

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Siendo Chile un país de cuentos, mitos, leyendas, refranes y tradiciones, no es de extrañar que dentro del imaginario colectivo existan algunos que se relacionen con la meteorología. Es por eso que en esta ocasión nos pondremos nuestro outfit detectivesco para investigar algunos de los dichos/mitos chilenos más populares asociados al tiempo y la meteorología. ¡Acompáñanos!

Me duelen los huesos… ¿Lluvia o visita al médico?


Seguramente más de alguna vez has escuchado cómo alguien anunciaba con voz de meteorólogo brujo que pronto iba a llover, porque el dolor de huesos/articulaciones/cuerpo se había acrecentado. Esta creencia que relaciona el tiempo atmosférico con un aumento del dolor existe desde la época de los romanos, Hipócrates lo mencionaba en sus escritos por allá por el 400 a.C. Aunque numerosos estudios han buscado comprobarla o desmentirla, estos no han llegado a resultados concluyentes, debido a la escasez de datos de personas registrando sus síntomas bajo diferentes condiciones atmosféricas.

Desde el Reino Unido han tratado de solucionar este problema creando la aplicación “Nublado con probabilidad de dolor” (Cloudy with a chance of pain), donde distintos usuarios pueden registrar, a través de un cuestionario, sus niveles de dolor a diario, y gracias al GPS del teléfono, son asociados a la estación meteorológica más cercana, obteniéndose así una relación entre el dolor y las condiciones meteorológicas de ese día. Hasta ahora, los días con un mayor número de participantes registrando sus niveles de dolor se asocian a cambios en la presión del aire, vientos intensos y precipitación.

A pesar de estos resultados, en otras Instituciones se ha indicado que esto no es suficiente para considerar este mito como verdadero, ya que el estudio sólo se basó en un país específico, y no considera cómo distintas enfermedades que generan dolor pueden reaccionar con otras condiciones de la atmósfera, además que, durante los días soleados, somos más propensos a olvidarnos de nuestras dolencias y tratamos de disfrutar el día, aunque el “viejazo” esté presente.

De igual forma, una de las teorías que más resuena y que muestra una posible explicación más directa en relación con los dolores en las articulaciones, es que estos podrían producirse por cambios en la presión barométrica. Esta presión mide el peso que ejerce el aire de la atmósfera sobre la superficie, el que varía con los cambios en las condiciones meteorológicas, generando una leve contracción y expansión de los músculos, tendones y tejido al aumentar o disminuir, lo que podría llegar a provocar molestias. Pero, como también ya fue mencionado, todavía no hay suficiente evidencia para verificarla, ni tampoco para desmentirla.

Esta animación nos muestra que en nuestro cuerpo sentimos lo contrario a lo que ocurre en la atmósfera, ya que al disminuir la presión, por ejemplo, por el ingreso de un sistema frontal (aguja indicando la nube), se puede experimentar pesadez, malestar y dolor en las articulaciones debido a la expansión de músculos y tendones.

En base a todo lo anterior, este mito pareciera estar en la categoría de cazado, pero considerando que aún no se llega a nada totalmente claro, lo dejaremos como posible.

Norte claro, sur oscuro, aguacero seguro

Siguiendo con las precipitaciones, probablemente este sea uno de los dichos relacionados a la meteorología más escuchado a lo largo de nuestro país, y en este caso sí nos estamos acercando más a la verdad. En una publicación anterior ya hablamos de los sistemas frontales, y cómo es altamente probable que en la región extratropical estos se originen en un corredor ubicado alrededor de la Antártica, por lo que cuando llegan a Chile, estos frentes en general vienen avanzando desde el sur o suroeste, desplazándose hacia el norte. Si ahora nos vamos a la figura, podemos notar que, si al momento de acercarse un sistema frontal nos encontramos al norte de su banda fría (puedes conocer más detalles de los frentes en esta publicación) veremos la nubosidad que los caracteriza llegando desde algún lugar del sur, mientras que al norte de nuestra ubicación el cielo tendrá una menor cantidad de nubes, o incluso puede estar completamente despejado. Si, por el contrario, nos encontramos al sur de la banda frontal cuando esta llega al continente, este dicho se convertirá en una mentira peor que cuando marcamos la casilla de “he leído y acepto las condiciones de uso” al descargar algo en el computador.Este dicho queda entonces clasificado como posible, ya que se cumple en algunas condiciones especiales.

Círculo en el sol, aguacero o temblor

Un halo es un círculo luminoso que se puede formar alrededor de la luna y el sol, y se cree que su aparición alrededor de este último es un vaticinio de precipitaciones, o un temblor. Aunque no podemos contarte mucho sobre los temblores, sí hablaremos de la relación de este anillo con la lluvia, pero para eso debemos traer a otras invitadas a esta conversación: Las nubes.  Cuando el aire está saturado de vapor de agua, es decir, cuando tiene tanto que ya no puede contenerlo, o cuando el aire se enfría lo suficiente, este vapor se condensa formando pequeñas gotas de agua o hielo, las que dan lugar a las nubes. Las nubes pueden clasificarse tanto por su forma como por su altura. Seguramente alguna vez saliste de tu casa y sentiste que fuiste transportado a Silent Hill por la niebla que había en ese momento; o también te has fijado cómo a veces las nubes parecen filamentos en el cielo, o algodones esponjosos con los que puedes imaginar formas y animales. Dentro de toda esta variedad se encuentran los cirroestratos, nubes altas que se ubican entre los 6 y 12 kilómetros, formadas por cristales de hielo, siendo estas las responsables de ese misterioso círculo luminoso alrededor del sol, debido a que cuando la luz pasa por estos cristales, ellos actúan como un prisma, separándola en todos sus colores, y creando este hermosos espectáculo.

Un prisma separando la luz visible en los colores que la componen, formando un arcoíris.

¿Pero cómo se relaciona esto con el pronóstico de lluvia? Los cirroestratos pueden estar relacionados a los frentes cálidos, apareciendo delante de estos. Por lo que si ves este tipo de nubosidad en el cielo, en un cierto porcentaje de posibilidad podrían estar indicando la llegada de un frente.

Así que considerando la evidencia, este dicho se clasifica como correcto solo en ciertas ocasiones, porque los cirroestratos no siempre vienen asociados a los frentes cálidos, y pueden aparecer incluso debido a las estelas de condensación que generan los aviones.

Hemos llegado al final de este artículo. Si bien hoy existe la tecnología y los conocimientos necesarios para realizar pronósticos más acertados, previo a todos estos avances las personas se valían de la experiencia para poder determinar cómo estaría el tiempo en los días venideros, por lo que no es de extrañar que muchos de estos dichos tengan una cuota de verdad. Así que ya sabes, hasta ahora no hay nada que indique con un 100% de certeza que tu cuerpo es una máquina pronosticadora,  pero tampoco hay algo que lo niegue en su totalidad, por lo que hay que seguir con una mente abierta y mejor tener un paraguas a mano si alguien se queja de dolor de huesos. ¡Hasta la próxima!

 

Escrito por: Tamara Venegas. Editado por:  Manuel Olivares. Periodista: Paz Galindo. Figuras: Francisca Rubina

 

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