La Tierra es plana ¡hay novedades desde la Antártica!

¿Has escuchado o leído que el planeta es plano? ¿Te parece posible la teoría que plantea que la Tierra está contorneada por un muro de hielo? ¡Nuestros profesionales desplegados en el continente blanco han comprobado algo increíble! Y es que la Tierra…es una esfera achatada. ¡Ja! Caíste en este Día de los Inocentes. Pero quédate a leer los hechos que derriban, una vez más, la teoría del terraplanismo.

Vamos al grano, ¿a qué se refiere el terraplanismo?

En términos generales, esta teoría sostiene que la Tierra tendría forma de disco, delimitado en su perímetro por una supuesta barrera de hielo que correspondería a la Antártica, mientras que el Polo Norte se ubicaría en su centro. Esta idea se apoya erróneamente en una interpretación de la proyección azimutal equidistante, la cual es utilizada de manera incorrecta como representación física del planeta.

Ahora bien, ¡Desde nuestro Centro Meteorológico Antártico hay novedades!

¡Espero hayas encontrado divertida nuestra broma! jejeje.. Lo que sí es verdad, es que desde la Antártica hemos desarrollado este artículo, con datos y evidencia que te invitamos a leer a  continuación.

La duración del día y de la noche durante el año en el fin del mundo

La posición del Sol, durante las diferentes épocas del año, influye desde simples actividades del diario vivir hasta la necesidad de realizar estudios meteorológicos, como lo es este artículo. Si bien en las diferentes latitudes del planeta existen variaciones en la duración del día, en la Antártica es muy notorio debido a la curvatura de la tierra, al movimiento de traslación y a su cercanía al Polo Sur, con esto ya comenzamos a evidenciar que la Tierra no es plana!.

Según los registros de nuestro Centro Meteorológico Antártico, durante este año 2025, a mediados de junio, la salida del Sol por el horizonte ocurrió recién a las 9:18 am y se escondió a las 4:36 pm, generando un día muy corto, con el Sol pasando siempre por el norte, levemente por sobre el horizonte. Lo contrario sucedió llegando la temporada estival. Desde la última semana de noviembre hasta la primera quincena de enero, no hay horario de crepúsculo, es decir, ¡el Sol no se esconde!, esto debido a que durante la noche se posiciona parcialmente en el horizonte generando una penumbra más que una noche oscura. En ese sentido, el último día que se registró un amanecer y atardecer fue el 30 de noviembre, con su puesta a las 00:20 am y el inicio del crepúsculo a las 1:08 am.

Fotos: Tomadas por el meteorólogo Fernando Martin en la Isla Rey Jorge, sector aeródromo Teniente Rodolfo Marsh Martin.

Estas diferencias se explican porque la Tierra presenta una forma de geoide, algo así como una esfera con sus polos ligeramente achatados, lo que provoca que los rayos solares no incidan de la misma manera en todas las latitudes. A ello se suma la inclinación del eje de rotación terrestre, de aproximadamente 23.5°, causando que durante el año, a medida que la tierra se traslada alrededor del sol, cada hemisferio varíe su exposición con respecto al Sol, lo que da origen a fenómenos característicos de latitudes altas, como el día y la noche polares, así como al ciclo de las estaciones en todo el planeta.

Esquema de las estaciones del año, posición de la Tierra con respecto al Sol y el efecto de la inclinación terrestre.

Cómo incide la radiación solar durante el año

Otro aspecto, relacionado con el Sol y que da cuenta que La Tierra no es plana, tiene que ver con las diferencias estacionales y latitudinales en la radiación solar incidente, las que se manifiestan tanto entre invierno y verano como dentro de una misma estación del año, al comparar distintas latitudes.

Todos hemos escuchado y visto que apenas se acerca el verano, por todos lados e incluso en los noticieros, nos advierten que debemos ocupar protección solar para evitar las quemaduras en la piel. Si bien lo ideal es protegerse durante todo el año, es sabido que en la temporada estival la radiación solar es más intensa. Esto se explica por la curvatura de la Tierra y la inclinación de su eje, que hacen que en verano los rayos solares incidan de manera más directa sobre la superficie, a diferencia del invierno, cuando lo hacen de manera más oblicua o tangencial.

Aprovechando que Chile se extiende latitudinalmente entre los paralelos 17° y 56° Sur aproximadamente, podemos comprobar las diferencias de radiación UV durante el año y en cada estación en las diferentes localidades, desde el norte al extremo sur. Por ejemplo, durante el año 2024, y basándonos en las mediciones que hace la Dirección Meteorológica de Chile (índice UV: bajo, moderado, alto, muy alto, extremo), para la ciudad de Iquique, podemos evidenciar que, entre los meses de septiembre a abril, se registraron máximos diarios extremos de índice UV, mientras que en los meses de otoño e invierno -entre mayo y agosto- se registraron máximos alto y muy alto.

A su vez, en la ciudad de Santiago el mismo año, entre noviembre y marzo, se registraron máximos de radiación UV extremos, mientras que, desde abril hasta agosto, el índice UV alcanzó valores alto y moderado.

Siguiendo el mismo análisis, en la ciudad de Punta Arenas, entre los meses de noviembre y febrero el índice UV alcanzó valores máximos muy alto, mientras que en abril y septiembre se registraron valores máximos en categoría moderada, en tanto que desde mayo hasta agosto los valores de UV alcanzaron nivel bajo.

Finalmente, desde el Centro Meteorológico Antártico ubicado en la Isla Rey Jorge, en el año 2024, sólo el mes de diciembre alcanzó un índice muy alto, mientras que los meses de enero, febrero, septiembre, octubre y noviembre registraron valores máximos de alto. Por otra parte, solo el mes de marzo registró valores moderados, mientras que en los meses correspondientes al otoño e invierno se midieron niveles bajos de radiación UV.

Todo lo anterior deja de manifiesto que, incluso dentro de la misma estación del año, existen diferencias en los niveles de radiación solar en diferentes latitudes. Si bien durante el invierno se registraron los niveles más bajos de UV en todo el país, la exposición no es igual, ya que mientras más al norte nos desplazamos, más expuestos estaremos a esta radiación. Esto se explica por la curvatura de la Tierra y por la variación en el ángulo de incidencia de los rayos, los que son más perpendiculares en latitudes bajas (más cercanas al Ecuador) y tangenciales en latitudes altas (más cercanas al Polo).

Gráficos extraídos de Servicios Climáticos de la Dirección Meteorológica de Chile.

¡Los viajes podrían ayudarte a experimentar la curvatura del planeta!

Finalmente, podemos encontrar claves a simple vista para comprobar que el planeta no es plano en un medio de transporte que cada día se vuelve más cotidiano, dada la realidad interconectada en la cual vivimos y que ha permitido acercar largas distancias en el último siglo de desarrollo. ¿Se les ocurre de lo que hablamos? ¡Hay respuestas en los aviones!

Existen diversas evidencias provenientes del tráfico aéreo que nos ayudan a confirmar la curvatura de la Tierra, consistente con su forma de geoide. Lo primero tiene que ver con las rutas que siguen los aviones, las cuales suelen describir trayectorias curvas cuando se representan en mapas, lo que es más evidente en trayectos largos, como los vuelos transoceánicos. Lo anterior sucede porque la línea de menor distancia entre dos puntos en la tierra es una línea curva conocida como línea geodésica, la cual surge precisamente por la forma de geoide de la tierra. Por esta razón, los planes de vuelo se diseñan siguiendo estas rutas, lo que permite minimizar la distancia recorrida y, por tanto, reducir tanto el tiempo de viaje como el consumo de combustible. En ese sentido, por ejemplo, en la ruta entre Chile y Australia, los aviones se acercan hacia la Antártica, para luego aproximarse a Australia. Probablemente el viejito Pascuero siga estas mismas rutas geodésicas para lograr entregar tantos regalos.

Otro aspecto relevante, que quizás recuerden de nuestra publicación de julio 2025 sobre las corrientes en chorro -también conocidas como jet stream, es que los aviones, siempre que las condiciones lo permitan, planifican sus rutas aprovechando estas verdaderas “autopistas” de vientos intensos. Esto permite optimizar los viajes, reduciendo el tiempo de vuelo gracias a la dirección y velocidad del viento.

Este fenómeno no podría existir en un planeta plano, ya que estos vientos se originan por diferencias térmicas entre distintas latitudes. Dichas diferencias ocurren porque la Tierra, debido a su curvatura y a la inclinación de su eje, se calienta de manera desigual por la radiación solar. Esto genera regiones más cálidas hacia el ecuador y más frías hacia los polos, y, en combinación con la rotación del planeta, da origen a estos intensos flujos de viento en altura. En un planeta plano, donde la radiación solar calentaría de forma homogénea la superficie y la atmósfera, no se producirían los contrastes térmicos necesarios para la formación de las corrientes en chorro.

Izquierda: Esquema representativo de la ubicación de las corrientes (izquierda) en chorro subtropicales (rojos) y corrientes en chorro polares (morados). Derecha: Esquema representativo de la altura de la corriente en chorro. Figuras extraídas del artículo “Corrientes en chorro, las carreteras de la atmósfera” de MeteoChile Blog.

Con estas evidencias, resulta cada vez más difícil para un terraplanista poder sostener que el planeta no es esférico. Basta con observar el cielo, medir, analizar y contrastar datos. Nuestra atmósfera está llena de respuestas y aquí seguiremos trabajando para encontrarlas, siempre desde la ciencia, la observación y evidencia fidedigna.

 

Escrito por: Fernando Martin Bórquez. Editora: Pabla Quintana Tapia. Periodista: Paz Galindo Navarro.

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